En el poder desde 2015, el primer ministro socialista portugués Antonio Costa ganó claramente este domingo las elecciones legislativas anticipadas, caracterizadas por un avance de la extrema derecha, lo que no descarta del todo el espectro de la inestabilidad política.

Abandonado en octubre por sus ex aliados de la izquierda radical, lo que provocó la convocatoria de esta elección, Costa se arriesga, como en las anteriores legislativas de 2019, a no lograr la mayoría absoluta.

Para poder gobernar, el ex alcalde de Lisboa, de 60 años, tendrá que practicar un difícil ejercicio de equilibrista para lograr apoyos en el parlamento.

Según las proyecciones publicadas a la salida de las urnas por tres televisiones nacionales, el Partido socialista (PS) va en primer lugar con entre el 37 y el 42,5% de los votos y entre 100 y 118 diputados de un total de 230. Podría mejorar entonces su resultado de 2019 (36,3% y 108 diputados).

Globalmente, de confirmarse estos resultados, el Parlamento seguiría siendo mayoritariamente de izquierda, al totalizar el Bloque de izquierda de tres a 10 escaños y la coalición Comunista/Verdes entre tres y ocho.

Cuando esperaba crear la sorpresa, la principal fuerza de oposición, el Partido Socialdemócrata (PSD, derecha) de Rui Rio, ex alcalde de Oporto de 64 años de edad, queda en segundo lugar con entre 27 y 35% de los votos, y entre 75 y 95 escaños.

El dirigente socialista Costa se enorgullece de haber "pasado página a la austeridad" presupuestaria aplicada por la derecha tras la crisis financiera mundial con la alianza histórica de 2015 con las formaciones de izquierda radical, Bloque de Izquierdas y los comunistas.

Pero, cuando el gobierno minoritario contaba también con "pasar la página de la pandemia" gracias a una cobertura de vacunación récord y la llegada de los fondos de relanzamiento económico europeos, sus aliados rechazaron su proyecto de presupuestos para 2022, lo que desencadenó la convocatoria de elecciones anticipadas.

Cuando su fecha fue fijada, hace tres meses, los sondeos daban al Partido Socialista de Costa (PS, izquierda) 13 puntos de ventaja sobre su principal opositor, el Partido Social-Demócrata (PSD, derecha).

"Desencanto"

Las encuestadoras auguraban un "empate técnico".

"Espero que todo el mundo se sienta seguro para ir a votar", había declarado el domingo Costa, quien depositó su papeleta el pasado fin de semana, como también hicieron 300.000 electores, en una votación anticipada organizada a causa de la crisis sanitaria.

Con uno de cada diez portugueses en cuarentena, el nivel de participación de las elecciones, las terceras organizadas en Portugal en pandemia, era un factor de incertidumbre.

Hasta las 16 local, la participación aumentaba a 45,66% frente a 38,59% a la misma hora en las legislativas de 2019.

"Voté por los socialistas pues los necesitamos en este momento difícil", dijo a la AFP Manuel Pinto, ex ebanista de 68 años en Lisboa.

"Quise votar por la mañana temprano, en primer lugar por seguridad, pues hay menos gente", declaró Duarte Raposo, un directivo de 33 años, a la salida de una oficina de votación de Almada, al sur de Lisboa.

El balance de gobierno "no es muy bueno, pero con el covid no se puede esperar mucho más", estima por su parte Isabel Rodrigues, una residente de Lisboa, de 50 años.

Pese a un "cierto desencanto" hacia el Partido Socialista, la mayoría de electores cree que Costa tiene "más competencia y experiencia para gobernar" que Rio, un economista apreciado por "su franqueza y su autenticidad", afirma la politóloga Marina Costa Lobo.

 

 

AFP